Aprender a aprender
“La neurociencia es, por mucho, la rama más excitante de la ciencia, porque el cerebro es el objeto más fascinante del universo. Cada cerebro humano es diferente, el cerebro hace a cada ser humano único y define quién es”.
Stanley B. Prusiner (Premio Nobel de Medicina, 1997)
El cerebro, tal y como lo conocemos hoy, es el resultado de 2,5 millones de años de evolución humana, desde los primeros homínidos hasta el actual Homo Sapiens.
A pesar de toda la información que la Neurología ha conseguido recabar en los últimos años (en especial, gracias a los avances de la Tecnología), el cerebro humano sigue siendo todo un misterio.
Las tecnologías de imagen muestran que la actividad es intensa, hasta cuando dormimos.
Si hemos de destacar la parte más evolucionada de nuestro cerebro, la corteza prefrontal, es el reflejo más sofisticado de nuestra evolución.
El cerebro ? necesita estímulos, emociones, y ahí es donde aparece la dopamina, que nos ayuda a aprender, a relacionarnos con otros humanos. No podemos ni debemos aprender sólo metiendo datos de memoria.
Somos “animales sociales“, necesitamos relacionarnos con los otros e interactuar.
Ahora más que nunca es importante la especialización, diferenciarnos, evolucionar, re aprender, aprender a aprender, o desaprender lo que sabíamos, porque el mundo en el que vamos a trabajar y el modelo de trabajo van a ser muy distintos.
Algo en lo que somos buenos los seres humanos frente a las máquinas es en cruzar datos diferentes, experiencias, aprendizajes, en ir más allá, en utilizar el pensamiento crítico, que nos lleva a hacer no lo que se debe, sino algo fuera de lo común, lo que conlleva grandes avances, a menudo los cambios significativos que se han producido en las revoluciones industriales proceden de un pensamiento crítico y lateral. Estas diferencias nos harán tener un valor añadido en el mundo laboral. No debemos temer a las máquinas, sino todo lo contrario, verlas como un apoyo para realizar tareas repetitivas y recibir órdenes concretas, pero cuando hay que improvisar, ahí es donde somos buenos los humanos; creando, programando, emocionando….
Las personas que consideramos genios no lo son porque fueran buenos en una sola cosa, sino porque mezclaron cosas diferentes, por ejemplo Darwin al meter en el cocktail Economía + Geografía + Biología.
Nos han educado en un modelo de aprendizaje competitivo, donde se da mucha importancia a las notas, de manera que los alumnos son a veces personas desconectadas que compiten entre sí.
Es cierto que cada vez se están introduciendo nuevos modelos de trabajo colaborativo y cooperativo a nivel escolar y en la Universidad, pero aún se continua realizando un sistema de enseñanza basado en la memoria, las notas y la competencia. Este no es el camino.
El sistema no debe ser rígido. Debe ser flexible y entender que existen diferentes estilos de aprendizaje y cada uno de nosotros somos buenos en uno: unos en el campo de las emociones y la creatividad; otros en la teoría, los libros y el manejo de la memoria; observando lo que ocurre a nuestro alrededor; y los últimos haciendo “cosas” en el mundo real.
Ya no es necesario estar presencialmente en un aula para recibir una enseñanza de calidad, compartir conocimientos y generar debates de nivel.
La Formación cada vez dispone de una oferta de mayor nivel y diferenciada, con una calidad como si fuera presencial, como el modelo VirtualClass de Trentia Learning.
Estos tiempos de crisis debido al Covid19, nos han ayudado a ver más claro que el trabajo y el aprendizaje pueden darse desde entornos múltiples siempre que se disponga de las herramientas, la Tecnología y la seguridad adecuadas para acceder a la información y se tenga un modelo de trabajo cooperativo, un equipo cohesionado y un plan bien diseñado, donde la Tecnología cobra un papel fundamental y es una magnífica aliada.
Las plataformas sin duda ayudan. En Trentia trabajamos con Teams, en el día a día con nuestros equipos, pero es necesario tener una auténtica Cultura Organizacional de colaboración y cooperación, que se traslada en la forma de trabajar con el cliente y también en nuestra forma de impartir formación, desde Trentia Learning.
Como decía el psicólogo David Kolb, cuyo modelo de aprendizaje fue planteado por primera vez en 1984, existen diferentes estilos de aprendizaje pero la clave está en que nos complementamos. Los equipos que cuentan con diversidad de talentos y estilos de aprendizaje son mucho más eficientes.
Sin duda alguna, estamos “diseñados” para ayudarnos.
Quizá el proceso de aprendizaje sea en realidad mucho más complejo que la teoría que Kolb sugiere. Es cierto que no reconoce plenamente cómo las diferentes experiencias y culturas pueden afectar el proceso de aprendizaje. Pero lo cierto es que como dijo Doris Lessing “Eso es el aprendizaje. Entender de repente algo que siempre has entendido, pero de una manera nueva”. Aprender a aprender.