¿Invisibles? ¿Sin salida? Día europeo de las personas sin hogar
Con miedo no se puede vivir. Sin techo, sin hogar, la vida no es vida y la noche se hace muy larga y tenebrosa. No solo es fría y cruenta en invierno y excesivamente calurosa en verano, es sobre todo solitaria y dura.
Por Elena Marcos
La realidad es que más de 450.000 personas en Europa viven sin techo, sin hogar, en la calle, sin medios para cubrir sus necesidades básicas y lo que es aún peor, resultan invisibles a los ojos de la mayoría de las personas.
El sinhogarismo, también conocido como sintechismo es una realidad que no podemos obviar. Se trata de un durísimo fenómeno social referido a aquellas personas que carecen de un lugar permanente para residir y que se ven obligadas a vivir a la intemperie, en condiciones de extrema pobreza.
Ángeles en la tierra: solidaridad
Afortunadamente en España existen ONGs como Hogar Sí (Fundación RAIS) que nació con el objetivo de intentar conseguir que ninguna persona viva en la calle.
Hogar Sí anunció su cambio de nombre en septiembre de 2019 de Fundación RAIS a Hogar Sí queriendo acompañar la palabra “HOGAR” con el poder transformador de un simple “SÍ”. Un “sí” que está lleno de posibilidades y de esperanza para aquellas personas a las que durante mucho tiempo se les ha negado algo tan esencial como el hogar.
Para las más de 33.000 personas en situación de sinhogarismo que hay en nuestro país, este “HOGAR SÍ” es una puerta abierta hacia esa otra puerta que es el hogar que se les está negando y al que no tienen acceso por factores económicos, políticos y sociales. Porque ese “sí” como indican en su web, es la llave hacia su visibilidad y seguridad. Es un “sí” a soluciones basadas en el acceso a la vivienda. Pero, sobre todo, es el reconocimiento y la confirmación de su dignidad individual como personas.
Desde Hogar Sí tienen el firme convencimiento de que pueden lograr que todas las personas tengan un hogar. Porque lo han visto, lo han hecho y lo harán. Pero para ello necesitan contar con el apoyo y la solidaridad de tod@s: compañías, individuos, y sobre todo, concienciar que este problema es social y nos puede suceder a cualquiera, no es un tema que concierna ni muchos menos a personas conflictivas, que hayan delinquido, agresivas o violentas. Es que la vida a veces te da la vuelta y si no cuentas con una estructura familiar y una red de amigos solida, te puedes ver en la calle, así de fuerte es el tema.
Hoy desde Trentia entrevistamos a Carlos Ruíz, en calidad de CEO de Sincro Global Outsourcing (SincroGO), un ejemplo de empresa solidaria que colabora desde hace años con Hogar Sí para que nos compartan su experiencia.
¿Cuándo comienza la colaboración de Sincro Go con HogarSí ( RAIS) y por qué decidisteis apoyar esta causa? ¿Qué acciones habéis realizado con ellos?
CR: SincroGO llega a Hogar sí a través del despacho Linares Abogados, que cuenta con una línea de gestión de sostenibilidad y RSC para empresas. Me plantearon, como CEO de SincroGO, participar con ellos en una acción formativa para HogarSí y a partir de ahí, surgió el resto.
En noviembre de 2018, Susana Moreno-Fernández, de HOGARSí (Antes, Fundación RAIS) vino a vernos a toda la plantilla de la empresa para contarnos en qué consisten sus programas de lucha contra el sinhogarismo, su labor y, en especial, las líneas básicas de su programa de empleo.
En materia de empleo, HogarSí parte de que un empleo digno es la mejor herramienta para combatir las situaciones de sinhogarismo y exclusión social. Tal y como expone uno de los propios participantes del programa de empleo: “Un trabajo da personalidad, libertad y poder de decisión”.
A raíz de ahí, los empleados y empleadas de SincroGO que quisieron sumarse empezaron a impartir diversas charlas sobre distintos aspectos (derechos laborales básicos, cómo entender una nómina, cómo afrontar un proceso de selección…) a participantes en sus programas de empleo, colaboración que mantenemos hasta la fecha y que seguiremos manteniendo.
Para ello, firmamos un convenio de colaboración con HogarSíque seguimos y seguiremos renovando. Además, de cara al año que viene vamos a ver con la entidad la posibilidad de ampliar nuestra colaboración con ellos en alguna otra iniciativa.
El tiempo que las personas de SincroGO dedican a estos talleres es retribuido, se enmarca dentro del horario laboral como actividades de voluntariado corporativo, es una más de nuestras acciones de RSC, y es enormemente enriquecedor.
Además, no solo participan empleados de Madrid. Una empleada de SincroGO que teletrabaja desde años en Galicia, pidió expresamente poder participar y ella imparte charlas a participantes del programa de empleo en HogarSí en Galicia.
Y unido a esto, también intentamos desde SincroGO realizar una labor de sensibilización, utilizando nuestro blog y nuestras redes sociales para explicar las iniciativas que desarrolla HogarSí y acercar la realidad de las personas sin hogar tanto interna como externamente.
Además, erradicar el sinhogarismo está vinculado directamente con los ODS y la Agenda de 2030 (entre otros, el ODS nº 1 es el fin de la pobreza en todas sus formas).
¿Qué es lo que más os impresionó cuando tomasteis contacto con la Asociación?
CR: Tenemos invisibilizadas y despersonalizadas a las personas sin hogar; hay una cantidad de prejuicios enorme que nos impiden ver cuál es realmente la magnitud del problema (muchas personas prefieren pensar sin más que las personas que están en situación de sinhogarismo es porque “algo habrán hecho”, porque tienen problemas con el alcohol o las drogas, porque no quieren trabajar…). En cambio, es curioso que en la mayoría de los casos, el alcoholismo y/o la drogadicción en estas personas son consecuencia del sinhogarismo y no causa del mismo. Para huir de su realidad, se refugian en el consumo de estas sustancias. No es su consumo lo que les lleva a perder el hogar. Es terrible.
En los programas de empleo participan, por ejemplos, desde profesionales que han tenido una carrera profesional en sus países de origen, trabajadores que perdieron sus empleos por la crisis y tras una situación de desempleo prolongada se vieron sin recursos y en la calle, menores no acompañados que al cumplir la mayoría de edad se ven sin recursos y sin posibilidades de ganarse la vida…
Es crucial que todos tomemos conciencia de que la línea que separa tener un hogar y un empleo de estar en la calle es mucho más delgada de lo que pensamos. Si pierdes tu empleo, tienes que asumir unas facturas, no encuentras trabajo, no tienes familia / amigos que te puedan ayudar, acaba tu prestación de desempleo y tu situación puede acabar siendo dramática.
Quizá esto fue de las cosas que más me impresionó. HogarSítiene identificado que cualquiera de nosotros que sufra tres eventos traumáticos en su vida en un espacio breve de tiempo podemos terminar en la calle, sin hogar. Si vivimos esta realidad desde esa perspectiva y empatizamos, dejamos de lado muchos de nuestros prejuicios sobre las personas que no tienen hogar. Este ejercicio es absolutamente necesario.
¿De qué maneras se puede colaborar?
CR: En lo que respecta a la colaboración desde las empresas, hay distintas vías que se pueden explorar:
- La vía tradicional de la donación económica
- La nómina solidaria (las personas trabajadoras de la organización deciden voluntariamente donar un pequeño importe de sus nóminas y luego la empresa puede decidir, por ejemplo, donar ese mismo importe o uno superior…)
- Voluntariado corporativo (hay distintas posibilidades)
- Sensibilización: Dar visibilidad del problema del sinhogarismo ala plantilla de la empresa y labor de concienciación sobre la situación de vulnerabilidad de las empresas en situación de exclusión social y/o sinhogarismo.
Como conclusión le pedimos a Carlos Ruíz una frase para reflexionar. He aquí:
“Hoy eres tú el que tienes un empleo y un hogar y mañana, si las cosas vienen mal dadas, puedes ser tú el que necesite ayuda. People First. Hoy por ti; mañana por mí.”
El lema de este año es ¿sin salida? La respuesta es en absoluto. Siempre hay salida. Háganoslos visibles. Contribuyamos a cambiar esta realidad. Por dignidad. Nadie sin hogar.
