Océanos y Tecnología como aliada

Océanos y Tecnología como aliada

Hoy se celebra el Día Mundial de los Océanos. Bajo el lema: “El océano: vida y medio de subsistencia” estamos ante una década de enormes desafíos para poder lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14: “Conservar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos” de cara al 2030.

Por Elena Marcos

Más allá de su belleza, los océanos son fuente de vida, vitales para nuestro futuro y generadores de riqueza y empleo de forma directa e indirecta.

Más de 3.000 millones de personas dependen de la biodiversidad marina y costera para sobrevivir. 

La actividad pesquera genera más de 200 millones de empleos en todo el mundo. Algo más del PIB global está ligado directamente con el mar. Todos estos datos de las Naciones Unidas señalan también los desafíos a los que se enfrentan los océanos del planeta.

El 80% de la contaminación marina se genera en tierra, incluidos los más de ocho millones de toneladas de plásticos que cada año acaban en el mar. Hay estudios que sostienen que para el año 2050 habrá más cantidad de plástico en los océanos que peces. Empresas como BBVA han movilizado 100.000 millones de euros hasta 2025 para luchar contra el cambio climático y la sostenibilidad.

¿Cómo ayuda la Tecnología a hacer frente a estos retos?

Las emisiones globales deben reducirse de manera drástica antes del 2030 para evitar las peores consecuencias del calentamiento.

La Tecnología una vez más es una aliada para ayudar a paliar los efectos del cambio climático y contribuir en la preservación de los océanos.

Biomasa Oceánica

La Biomasa se puede usar como energía renovable con carbono negativo, pero siempre será un recurso finito debido a las limitaciones del uso de la tierra. Sin embargo, como indica la revista Muy Interesante, en el espacio oceánico podríamos cosechar de manera sostenible algas, más bien, macroalgas

Las macroalgas crecen rápidamente y extraen el CO2 del agua de mar. Si las recogemos y mantenemos el carbono y lo aislamos para que no vuelva a entrar a la atmósfera o al océano, tenemos la solución. 

Los proyectos para la recolección de algas a gran escala se están desarrollando en la organización de investigación noruega Sintef  donde hablan de contar con dos o tres cosechas al año de estas macroalgas. Pero antes de que las algas puedan cultivarse y cosecharse a gran escala, sería necesario realizar una investigación para ver cómo afectaría esto a los ecosistemas submarinos.

Big Data del plancton e Inteligencia Artificial

El plancton es el mejor indicador de la salud de los ecosistemas. Por eso la ciencia lo usa como una especie de señal de alarma oceánica.

A partir de 2023, IBM pondrá en funcionamiento una serie de microscopios autónomos que se encargarán de monitorear este conjunto de microorganismos. Mediante una serie de sensores, recogerán grandes cantidades de datos sobre el estado del plancton y sus variaciones en relación con el entorno (temperatura y composición química del agua). 

El análisis de este Big Data en tiempo real permitirá detectar los problemas en etapas tempranas y actuar con rapidez. Además, a medida que se recopilen más datos, IBM planea dotar de inteligencia artificial a estos microscopios autónomos para que puedan analizar la información localmente y ayudar a tomar aún mejores decisiones.

Bioindicadores y Machine Learning

El seguimiento de los microorganismos para monitorear la salud de los océanos no es nuevo. Pero la aplicación de las tecnologías de análisis de datos e inteligencia artificial está ayudando a profundizar en este conocimiento. También con el plancton como objetivo, la Universidad de Ginebra ha desarrollado un sistema de machine learning para estudiar la biodiversidad oceánica mediante el análisis de datos de ADN microbiano y de los ecosistemas.

Reparación del clima

El Centro de Reparación del Clima de la Universidad de Cambridge (Inglaterra) está investigando como reparar el daño que causamos los seres humanos por la contaminación. 

Entre sus iniciativas está la de volver a congelar los polos. ¿De qué forma? Iluminando las nubes sobre ellos, esencialmente rociando pequeñas gotas de sal en el cielo para ayudar a las nubes a reflejar la radiación de regreso al espacio. Otra de las soluciones propuestas reside en “reverdecer” los océanos, esencialmente fertilizándolos para estimular el crecimiento de materia vegetal y algas que podrían absorber más CO2. Sin embargo, este último aspecto no cuenta con la aprobación de los climatólogos y biólogos que opinan que las consecuencias serían la interrupción en los ecosistemas de los océanos y tampoco se capturaría el suficiente CO2 para compensar las emisiones de gases de efecto invernadero humanas.

Como dijo Rigoberta Menchú Tumm: si el Mundo no aprende ahora a respetar la naturaleza ¿qué futuro tendrán las nuevas generaciones? Es fundamental cuidar los océanos y la Tierra porque nuestro Planeta es nuestro hogar y el futuro de la Humanidad depende de ello.